miércoles, 11 de marzo de 2009

NUNCA TE ABANDONO.

Estaba triste
buscaba amor
y no lo encontraba
miré para el cielo
y una nube lloraba.

Estaba sola
la soledad me martirizaba
sentí una presencia
que a mis pasos guiaba
era como una sombra
que desde el cielo llegaba.

Mi vida cambió
el dolor desapareció
el sol me brindó calor
el brillo de las estrellas
le dieron luz
a mis noches de horror.

¿Qué fue lo que me ocurrió?
un milagro que el cielo me obsequió
cubriéndome con una manta
y limpiándome del pecado,
llenándome de alegría
cambiando mi vida de amor,
y por la felicidad perdida.

Era una infeliz
hoy una sonrisa se ilumina en mi cara
mi alma se regocija
y alaba a aquel
que me dio paz y calma,
es mi señor Jesucristo
que siempre estuvo conmigo
aunque ni de él me acordaba,
pero me dio ese santo amor
que tanto necesitaba.





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